Las operaciones del gobierno israelí suponen una violación del derecho internacional. Los 181 residentes de Khan Al Ahmar se han enfrentado durante años a frecuentes incursiones militares, demoliciones y confiscación de bienes comunitarios para obligarlos a trasladarse. Las autoridades israelíes están pretenden desplazar a los residentes de Khan Al Ahmar a una zona próxima a un vertedero de basura en Jabal West, un lugar que los residentes de Khan al Ahmar han rechazado categóricamente.
"Los habitantes de Khan al Ahmar viven en el desierto. Su cultura, incluida su ganadería, están intrínsecamente relacionadas con el espacio abierto. Las tierras de pastoreo de la comunidad han ido mermando en los últimos 15 años como resultado de todas las restricciones de acceso establecidas como parte de la expansión de los asentamientos israelís. Además de perder su principal fuente de ingresos, se ven obligados a vivir en condiciones indignas enrefugios inadecuados y sin una fuente confiable de energía", señalan desde Acción contra el Hambre.
Las autoridades israelíes argumentan que las instalaciones en la comunidad fueron construidas ilegalmente, a pesar de que es casi imposible para los palestinos obtener permisos de construcción en la Zona C de Cisjordania. Entre enero y junio de 2016, solo se aprobó el 0,5 % de las 428 solicitudes de permisos. Después de años de litigios por parte de la comunidad para detener estas acciones, el Tribunal Superior de Justicia de Israel ha rechazado la apelación para detener el traslado forzoso.
Hay otras 45 comunidades de beduinos y de pastores en el centro de Cisjordania que las autoridades israelíes también tienen previsto reubicar. Estas comunidades albergan a 8000 palestinos que ahora se enfrentan al riesgo aún mayor de que sus casas, escuelas, instalaciones y centros comunitarios sean destruidos y sean obligados a abandonar sus hogares, apuntan las organizaciones.
Acción contra el Hambre ha trabajado con muchas de las comunidades en riesgo en el Área C, incluida Khan Al Ahmar. Muchos de estos proyectos, de asistencia humanitaria, son financiados por donantes europeos, buscando proteger escuelas e instalaciones, y evitar su transferencia forzosa. Más de 170 niños han estudiado en la escuela primaria en Khan al Ahmar que ha sido derribada.