El Día Mundial de la Visión, el 14 de octubre, fue instaurado por la Organización Mundial de la Salud (OMS ) y el Organismo Internacional de Prevención de la ceguera (IAPB) para visibilizar y concienciar sobre la discapacidad visual y la ceguera como grandes problemas de salud pública.
Son 2200 millones de personas en todo el mundo las que presentan deficiencia visual o ceguera: al menos 1000 millones de esos casos, podrían haberse evitado con una operación de cataratas o unas simples gafas. Además, 65 millones de personas sufren ceguera u otros problemas visuales simplemente porque viven en la pobreza.
La organización Medicus Mundi lleva casi 30 años realizando proyectos de salud ocular con personas vulnerables en países de África y América Latina, y gracias a esos proyectos se han conseguido grandes resultados:
La salud visual no es solo “Ver bien”
El deterioro de la visión afecta gravemente a la calidad de vida de la población adulta afectando a su participación en el mercado laboral , su productividad y suelen registrar tasas más altas de depresión y ansiedad.
Además, la falta de visión no es causa directa de muerte, por lo que no es un área prioritaria en las políticas sanitarias de los gobiernos ni en programas de Cooperación Internacional. Pero una mala salud visual frena el desarrollo socio-económico tanto de la persona como de su entorno o comunidad y es una causa de pobreza.
Por todo ello la organización Medicus Mundi ha publicado su dossier 'Salud y Desarrollo', una recopilación de su trabajo en salud visual a lo largo de estos 30 años.