Una vez más, en el día del 8 de marzo resulta absolutamente necesario reforzar la alianza entre mujeres para reivindicar nuestros derechos conquistados. Fue la unión de muchas mujeres en el mundo la que consiguió grandes victorias para todas nosotras. Sabemos que aún no es suficiente: queda mucho por hacer y nosotras seguimos luchando. La fecha del 8 de marzo es nuestra, internacional y reivindicativa; las mujeres de todo el mundo estamos convocadas.
La movilización es a día de hoy necesaria. A nivel global, existen retrocesos en derechos sexuales y reproductivos, en un avance de los fundamentalismos. En Andalucía, se ven amenazados por posturas que tachan las políticas en este sentido de “ideología de género”, con propuestas como el pin parental. Hay que seguir avanzando en derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, incluido el derecho a decidir sobre nuestros propios cuerpos, y aportar más planes y recursos a logros alcanzados como los programas de salud sexual, la educación afectivo sexual en los centros educativos o el acceso a los métodos de planificación familiar, como establece el Pacto Andaluz por la Igualdad de Género.
Nuestros derechos sexuales y reproductivos
A nivel global, recordamos que en la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo (CIPD), celebrada en el 1994 en El Cairo, 179 gobiernos se comprometieron a proporcionar información a la juventud para que tomara decisiones responsables. Según el Programa de Acción de la CIPD, la educación sobre sexualidad es crucial para proteger a la adolescencia de las infecciones de trasmisión sexual (ITS) y los embarazos no deseados, especialmente a una edad muy temprana, cuando los riesgos son particularmente altos para madre y bebé. El progreso ha sido lento y, sobre todo, desigual. Gran parte de los avances se han estancado en los últimos años, e incluso se ha retrocedido en la aplicación de algunas de las medidas acordadas en 1994.
Este retroceso fue abordado en la Cumbre de Nairobi, celebrada entre el 12 y el 14 de noviembre 2019. El objetivo del encuentro se centró en adoptar medidas para alcanzar los llamados tres ceros críticos: cero necesidades insatisfechas de planificación familiar, cero muertes maternas y cero violencias y prácticas dañinas contra mujeres y niñas, incluidos los matrimonios infantiles y la mutilación genital femenina.
A nivel local, según datos del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social de 2018, relativos al ejercicio de derechos sexuales y derechos reproductivos, nos encontramos:
- Las mayores tasas de interrupción voluntaria del embarazo se dan en Andalucía, Asturias, Baleares, Canarias, Cataluña, Madrid y Murcia, donde se sitúan por encima de 11 interrupciones por 1.000 mujeres.
- En el año 2014 la mayor parte de las interrupciones voluntarias del embarazo (IVE) se realizaron en Andalucía (21,02% de las 9.082 IVE de mujeres entre 16-19 años en todo el Estado).
- Según el Instituto Nacional de Estadística, en Andalucía para el año 2017 se han registrado un total de 151 víctimas mujeres menores de 18 años con orden de protección por violencia de género, el 23,1% del total de las 653 víctimas mujeres registradas en España.
- Según el Informe sobre delitos contra la libertad e indemnidad sexual en España (2017) del Ministerio de Interior, 5.981 entre niñas y jóvenes (de 0 a 30 años) han sido víctimas de diversos delitos contra la libertad y la indemnidad sexual (abuso sexual, agresión sexual, ciberdelitos sexuales, etc.…), que representan el 63.30 % del total de víctimas denunciante en el 2017.
Seguimos siendo más y somos más fuertes
Desde la defensa de los derechos de las mujeres en todo el mundo, este 8 de marzo nos queremos revindicar en dos posturas:
¡BASTA! de agresiones, humillaciones, marginaciones o exclusiones, de violencias machistas, cotidianas y normalizadas, de opresión por nuestras orientaciones e identidades sexuales.
QUEREMOS una vida libre de violencias, en la que podamos ejercer nuestros derechos sociales, sexuales y reproductivos libremente, respetando nuestras diversidades, movernos por todos los espacios y a todas horas, sin que se ejerza violencia sexual sobre nosotras, sin culpabilizarnos y sin que nos vuelva a violentar un sistema judicial incapaz de salvaguardar nuestros derechos.
¡BASTA! de medidas que fomenten el retroceso en educación, sobre todo en educación afectivo sexual integral y coeducación en nuestras aulas.
QUEREMOS que se respete nuestro derecho a una educación feminista libre de valores hetero-patriarcales. La infancia y la adolescencia son las etapas principales en las que construimos nuestras identidades sexuales y de género y por ello la comunidad educativa y todo el movimiento feminista exigimos y reivindicamos nuestro derecho a una formación afectivo-sexual integral que nos enseñe en la diversidad, contribuyendo a derribar prejuicios y estereotipos.
Este 8 de marzo, y siempre, nuestros cuerpos son territorios soberanos.