Andalucía ha sido durante años referente por su política de cooperación internacional, lo que la situaba en una posición destacada a nivel nacional y añadía valor a su imagen también en otros países. La política de cooperación andaluza ha conseguido logros históricos en los últimos años, mejorando la vida de millones de personas en todo el mundo, en especial entre la población más vulnerable.
El desarrollo legislativo e institucional, unido a la amplia experiencia de todos los agentes que realizan cooperación desde y en Andalucía en su variada naturaleza, así como sus socias en otros países, han sumado valor a la inversión en AOD; la comunidad cuenta con agentes especializados para la intervención en entornos complejos y humanitarios, y entidades educadoras con amplio bagaje en herramientas y experiencias en proyectos integrales.
Sin embargo, las decisiones políticas de los últimos años van en la línea de desmantelar esta política especialmente necesaria en estos tiempos y referente de Andalucía en el mundo. Con un incremento del Presupuesto de la Comunidad Autónoma del 3,7% en 2021 y el mayor superávit autonómico en las cuentas de 2020, la AOD andaluza se queda en las cuentas públicas de 2021 en apenas el 0,09%.
¿Cómo queda la AOD andaluza respecto a la del resto de comunidades autónomas?
La Red de Coordinadoras Autonómicas de ONG de Desarrollo ha presentado hoy el Informe sobre Ayuda Oficial al Desarrollo autonómica 2018-2019, un análisis que ofrece una fotografía sobre el compromiso de las comunidades autónomas con la cooperación. La comparativa muestra un empeoramiento del lugar destacado de Andalucía en relación a otras comunidades.
Aunque ninguna comunidad cumple con el compromiso del 0,7%, nueve de ellas habían recuperado un mayor porcentaje de inversión que Andalucía en 2019 respecto a su mejor dato histórico. Ese esfuerzo por volver a las cifras previas al descenso marcado por la crisis de 2008 no se da en el caso andaluz, donde en 2009 se rozó la cifra de 100 millones de euros destinados a AOD. En 2021, el presupuesto la deja en poco más de 35 millones.
Andalucía fue la comunidad que más dinero destinó a AOD en términos globales en 2018 (cae al segundo puesto en 2019 y al tercero en 2020). No obstante, la inversión total en cooperación para el desarrollo debe matizarse, al menos, desde dos perspectivas. La primera es el porcentaje respecto a los presupuestos consolidados de la comunidad. Según el dato más reciente del informe, cinco comunidades destinaban en 2019 un porcentaje mayor que el 0,11% de Andalucía a AOD (destacando País Vasco, con un 0,42%), cifra que empataban otras dos regiones.
Por otra parte, el criterio de esfuerzo económico por habitante apunta que Andalucía ocupa el séptimo lugar en 2019, con 4,52 euros por cada andaluz/a al año invertido en cooperación internacional, cifra que apenas alcanza los 4 euros en 2021. Desde esta perspectiva destacan Euskadi, con casi 21 euros por persona, Navarra, con más de 14, y Extremadura, con más de 11.
Datos globales del informe
El análisis presenta más sombras que luces: la tendencia a la recuperación se mantiene desde 2015, aunque con mucha lentitud. En algunos casos, el punto de partida es tan bajo que el cambio apenas se percibe en términos porcentuales. Con una media de 0,11% destinado a cooperación en 2019 y de 0,10% el año anterior, el estudio muestra que los fondos se encuentran muy lejos del compromiso del 0,7%. Esa recuperación, por tanto, es claramente insuficiente sobre todo en un momento en el que la crisis provocada por la pandemia exige respuestas firmes que frenen las desigualdades y la pobreza.
Por otra parte, al comparar el mejor porcentaje global histórico -que se produjo en 2008, con un promedio de 0,28%[1]- observamos que la tímida tendencia de mejora no responde ni al crecimiento económico ni a las enormes necesidades del momento. Es necesario un mayor esfuerzo.
El apoyo que ofrecen las ONG es crucial en un momento en el que la crisis afecta directamente a poblaciones que ya sufrían situaciones extremas. No fortalecer la cooperación supondrá un impacto directo sobre las condiciones de vida de miles de personas.
Alertamos: los riesgos de no reforzar la cooperación
La tendencia a la nula o escasa recuperación nos hace dar la voz de alerta. Existe un riesgo de que, en el contexto actual, la política de cooperación pueda ser nuevamente utilizada como moneda de cambio y que, con la lógica errónea del “primero los de aquí” se reduzca significativamente su presupuesto. Esto sería un gravísimo error, porque si algo ha demostrado la pandemia es que todo el mundo sale de esto o no sale nadie. Por otra parte, el análisis de los datos demuestra la necesidad de reforzar las capacidades del sistema para alcanzar mayores niveles de ejecución y eficacia.
La búsqueda de datos para este informe ha sido extremadamente compleja, lo que demuestra la escasa transparencia y la nula homogeneidad en los mecanismos de medición entre comunidades autónomas, y dentro de cada una de estas.
La necesidad de un cambio de rumbo
En un contexto marcado por la complejidad de la crisis mundial y, coincidiendo con el proceso de reforma del sistema de cooperación, es un deber garantizar el refuerzo de esta política pública desde todos sus ámbitos de actuación (incluido el autonómico y local).
Por ello, demandamos, entre otras medidas:
- Recuperación de los fondos y aprobación de un calendario de cumplimiento hacia el 0,7%, en coherencia con el apoyo ciudadano a esta política pública.
- Compromisos concretos con el fortalecimiento de la educación para la ciudadanía global, una cuestión clave en un contexto en el que aumentan los discursos de odio.
- Refuerzo de las capacidades. No podemos continuar con las capacidades de hace años.
- Mejorar la transparencia. Es urgente crear mecanismos de transparencia sobre los fondos destinados a esta política pública.
- Homogeneizar criterios para contabilizar la Ayuda Oficial al Desarrollo autonómica. No podemos analizar con detalle y con perspectiva si no contamos con los mismos datos o no se contabiliza de manera adecuada.
- Flexibilizar la burocracia. Los procedimientos y requisitos han de revisarse para facilitar el trabajo de todos los actores implicados en la cooperación.
En Andalucía, el marco de la cooperación autonómica lo define el PACODE 2020-2023, que marca las directrices de esta política pública y un compromiso mínimo para su financiación: que la AOD crezca al menos en el mismo porcentaje que lo haga el presupuesto de la comunidad autónoma, en la senda hacia el 0,7%. Su cumplimiento es el punto de partida básica de las demandas sobre cooperación internacional.
La pandemia también ha puesto en evidencia que, para poder permitir una respuesta oportuna y ágil en situaciones de emergencia, es necesario contar con los mecanismos, procedimientos y recursos adecuados para hacerlo. Desde la Coordinadora Andaluza, una de nuestras reivindicaciones en los últimos años se trata de la creación de un mecanismo de respuesta a emergencias, gestionado por la AACID, dotado de recursos adicionales, que permitiría la intervención rápida en contextos de emergencia en función de las necesidades y no en función de otro criterio, y sin tener que adaptar otros instrumentos de financiación para fines para los que no son apropiados.
Consulta el informe en este enlace
[1] Algunas comunidades alcanzaron un mejor dato en 2009 o en 2010, pero el mejor año en global por cantidad y media de porcentaje es 2008.