Los equipos de Acción contra el Hambre en Irak se han trasladado a la ciudad de Darbandikhan desde la madrugada del 13 de noviembre para evaluar las necesidades más urgentes de la población y los niveles de destrucción causados por el terremoto que ha acabado con la vida de más de 400 personas. La directora de Acción contra el Hambre en Irak, Aneta Sarna, señala que "de acuerdo a los resultados que arrojen nuestras evaluaciones, decidiremos cuál es la respuesta más adecuada, en coordinación con las autoridades gubernamentales y otras organizaciones".
“Tras evaluar las áreas urbanas, nuestros equipos confirman que existen áreas aisladas donde se han derrumbado edificios, pero en general no hay grandes daños. Las áreas rurales han sufrido daños mucho mayores, a donde nuestros equipos se dirigirán mañana para llevar a cabo nuevas evaluaciones e identificar las necesidades prioritarias de las comunidades afectadas”, indica Brian Hansen, coordinador de la respuesta a emergencias de Acción contra el Hambre para el norte de Irak.
En las evaluaciones ya realizadas, sus equipos destacan la hospitalidad de las familias que han ofrecido sus hogares a quienes han perdido su refugio debido al terremoto. “En este momento y en los próximos días, la necesidad principal es aumentar la capacidad hospitalaria que el gobierno ha estado apoyando y ampliando desde el terremoto”, afirma Hansen.
Esta organización trabaja en Irak desde 2013, con programas de salud mental, seguridad alimentaria y medios de vida, y agua, saneamiento e higiene. De igual forma, sus equipos responden a la crisis de desplazados internos a la que se enfrentaba el país tras la ofensiva lanzada sobre Mosul en 2016, proporcionando asistencia de emergencia en campamentos y asentamientos.